La reciente implementación del ‘decreto Marlaska’, que regula el registro de viajeros en alojamientos turísticos, ha generado un intenso debate en el sector. Este real decreto, que entró en vigor hace seis meses, ha sido criticado por su complejidad y por la carga burocrática que impone a los operadores turísticos. En respuesta a estas preocupaciones, el Grupo Parlamentario Popular ha presentado una Proposición no de Ley en el Congreso, buscando simplificar y reformar esta normativa.
### Implicaciones del ‘Decreto Marlaska’
El ‘decreto Marlaska’, oficialmente conocido como real decreto 933 de 2021, establece la obligación de que los alojamientos turísticos registren y envíen datos personales de sus clientes a las autoridades. Esta medida, según el Ministerio del Interior, se basa en la ley orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana, que exige a los operadores de hospedaje cumplir con ciertas obligaciones de registro documental. Sin embargo, la implementación de este decreto ha sido calificada como un «Gran Hermano» turístico, generando una avalancha de trabajo adicional para los profesionales del sector.
Las críticas hacia el decreto se centran en su carácter excesivo y en la incertidumbre jurídica que ha creado, especialmente para autónomos y pequeñas y medianas empresas (pymes). Los representantes del PP argumentan que la normativa no solo es ineficaz, sino que también infringe los derechos de privacidad de los viajeros. La propuesta de reforma busca establecer un marco más equilibrado que no sobrecargue a los operadores turísticos, permitiendo una gestión más eficiente de la información.
Uno de los aspectos más controvertidos del decreto es la posibilidad de imponer sanciones severas a aquellos que no cumplan con las obligaciones de registro. Las multas pueden oscilar entre 601 y 30,000 euros por faltas graves, como la falta de registros documentales, mientras que las irregularidades menores pueden acarrear sanciones de 100 a 600 euros. Esta amenaza de sanciones ha llevado a muchos en el sector a cuestionar la viabilidad de sus operaciones bajo estas nuevas exigencias.
### Reacción del Sector Turístico
La reacción del sector turístico ha sido contundente. Asociaciones de hostelería y plataformas de alquiler han manifestado su oposición al decreto, argumentando que la recopilación masiva de datos no solo es innecesaria, sino que también puede resultar contraproducente para la industria. La preocupación principal radica en que la carga administrativa adicional podría desincentivar a los viajeros y afectar la competitividad de los destinos turísticos.
El PP, al presentar su Proposición no de Ley, ha enfatizado la necesidad de una regulación que se adapte a las realidades digitales y operativas del sector. La propuesta busca no solo simplificar el proceso de registro, sino también garantizar que se respeten los derechos de privacidad de los viajeros. En este sentido, se plantea la necesidad de revisar la ley orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana para que sea más acorde con las exigencias actuales del turismo y la tecnología.
Además, el debate en la Comisión de Industria y Turismo del Congreso se anticipa como un punto crucial para el futuro del decreto. Los representantes del PP han instado a otros partidos a unirse a su causa, argumentando que la reforma es esencial para proteger tanto a los operadores turísticos como a los derechos de los viajeros. La presión del sector podría llevar a un cambio significativo en la forma en que se gestionan los datos de los viajeros en España.
A medida que el debate avanza, es evidente que la situación requiere un enfoque equilibrado que contemple tanto la seguridad pública como la viabilidad del sector turístico. La necesidad de proteger la privacidad de los viajeros y facilitar la operación de los negocios turísticos es un desafío que debe abordarse con urgencia. La respuesta del gobierno y la evolución de la legislación en este ámbito serán cruciales para determinar el futuro del turismo en el país.