Los agricultores franceses han vuelto a tomar las calles, esta vez con una movilización masiva que reunió a aproximadamente 3,000 campesinos en diversas ciudades del país. La protesta, organizada por la Federación Nacional Francesa de Sindicatos Agrícolas (FNSEA), se centró en su oposición al acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur, así como a las políticas arancelarias de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. Los agricultores expresaron su frustración no solo por la competencia desleal que enfrentan, sino también por la falta de respuesta del gobierno francés ante sus demandas.
Desde la mañana del 26 de septiembre, los tractores y pancartas llenaron las calles de ciudades emblemáticas como Versalles, Estrasburgo y Paso de Calais. Los agricultores denunciaron que el acuerdo con Mercosur amenaza su capacidad de producción y, por ende, la salud alimentaria de los franceses. Olivier Hardouin, presidente de la FNSEA, lamentó que tras dos años de protestas, no han recibido señales positivas del gobierno, lo que ha llevado a un sentimiento de desesperanza entre los agricultores.
### La Amenaza del Acuerdo Mercosur
El acuerdo de libre comercio con Mercosur, que incluye a países como Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, ha sido objeto de críticas por parte de los agricultores europeos. Este pacto permitiría a la UE exportar productos como automóviles y maquinaria, mientras que a cambio se importarían grandes cantidades de carne de vacuno, aves de corral, azúcar y otros productos agrícolas. Los agricultores franceses argumentan que esta situación representa una injusticia comercial, ya que los estándares de producción en los países del Mercosur son significativamente más bajos en comparación con los de Europa.
Los agricultores se sienten atrapados en un ciclo de dificultades económicas. A pesar de que la producción agrícola sigue aumentando, los precios de venta han caído, lo que les obliga a vender sus productos a pérdidas. Una joven agricultora presente en la manifestación expresó su frustración, señalando que, a pesar de sus esfuerzos, la situación económica es insostenible. La sensación de impotencia se ha apoderado de muchos en el sector, que ven el acuerdo con Mercosur como un ataque directo a su forma de vida.
El presidente Emmanuel Macron ha manifestado su oposición al acuerdo, pero la presión de Bruselas ha llevado al gobierno francés a adoptar una postura más conciliadora. Los agricultores critican esta falta de coherencia, señalando que el gobierno habla de sostenibilidad y ecología mientras permite la importación de productos que no cumplen con los mismos estándares. Esta hipocresía ha generado un profundo descontento entre los campesinos, quienes han prometido continuar sus protestas hasta que se escuchen sus demandas.
### La Respuesta del Gobierno y el Futuro del Sector Agrícola
A pesar de las promesas de mejorar la situación del sector agrícola tras las protestas del año pasado, los agricultores sienten que las palabras del gobierno no se han traducido en acciones concretas. La caída del gobierno de Gabriel Attal, quien había prometido avanzar hacia una mayor soberanía alimentaria, ha dejado a los agricultores en una situación de incertidumbre. Hardouin enfatizó que la falta de claridad sobre el futuro de la producción agrícola en Francia es alarmante, ya que no saben si podrán seguir cultivando o sembrando en los próximos meses.
El sindicato FNSEA ha anunciado que las movilizaciones continuarán, con planes de llevar tractores a París el 14 de octubre para intensificar la presión sobre el gobierno. La situación se complica aún más por la creciente competencia de productos importados que, según los agricultores, no solo amenazan sus negocios, sino que también ponen en riesgo la salud de los consumidores franceses. La lucha por la soberanía alimentaria se ha convertido en un tema central en el debate público, y los agricultores están decididos a hacer oír su voz.
La protesta del 26 de septiembre es solo una muestra del creciente descontento en el sector agrícola francés. Con la incertidumbre económica y la presión de los acuerdos comerciales internacionales, los agricultores se enfrentan a un futuro incierto. La movilización masiva es un claro indicativo de que el sector no está dispuesto a ceder ante lo que consideran injusticias y amenazas a su modo de vida. La lucha por un futuro sostenible y justo para la agricultura en Francia continúa, y los agricultores están decididos a no rendirse.