En el noroeste de Gran Canaria, un pequeño valle ha logrado convertirse en el único lugar de Europa donde se cultiva café de manera permanente y artesanal. Este rincón, conocido como el Valle de Agaete, no solo destaca por su producción de café, sino también por la historia y la tradición que lo rodean. La variedad de café que se cultiva aquí es la arábica typica, originaria de Etiopía, y se beneficia de un clima subtropical ideal, suelos volcánicos fértiles y la sombra natural de cultivos como plataneras y mangos.
### Un Proceso Artesanal que Marca la Diferencia
El cultivo del café en Agaete se remonta a principios del siglo XIX, y ha sido mantenido por unas cincuenta familias que han transmitido su conocimiento de generación en generación. La producción anual ronda los 5.000 kilos, lo que puede parecer modesto, pero la calidad del café es lo que realmente lo distingue. A diferencia de las técnicas industrializadas, el café de Agaete se recoge a mano, grano por grano, durante la primavera. Este proceso manual no solo es laborioso, sino que también permite conservar los azúcares naturales del fruto.
Una vez recolectadas, las cerezas de café se secan durante 20 días en mesas africanas, un método que ayuda a mantener el dulzor característico del café. Víctor Lugo, gerente de la Finca La Laja y miembro de una familia de agricultores de la zona, explica que «el secado a la sombra permite mantener el dulzor de la cereza y eso es lo que nos diferencia». Este enfoque artesanal no solo proporciona al café una textura ligera, sino que también le otorga matices afrutados y notas de chocolate y regaliz, creando una experiencia sensorial única para quienes lo degustan.
### Reconocimiento Internacional y Atractivo Turístico
El café de Agaete no es un secreto bien guardado; su calidad ha sido reconocida internacionalmente desde hace más de un siglo. En la Feria de París de 1898, ya había recibido premios por su carácter distintivo. Hoy en día, el valle atrae a más de 150.000 visitantes al año, quienes buscan descubrir los secretos de este café excepcional. Entre los que han sucumbido a su sabor se encuentra el famoso físico Stephen Hawking, quien visitó el valle y quedó fascinado por el delicado proceso de producción y el resultado final en la taza.
El clima de Agaete también juega un papel crucial en el éxito de este café. Con temperaturas estables que oscilan entre los 18 y 20 grados centígrados durante todo el año y escasas precipitaciones, las condiciones son ideales para el desarrollo del cafeto. La sombra natural proporcionada por los cultivos de mango y plátano actúa como una protección esencial para esta planta sensible. Este equilibrio entre tradición, geografía y clima convierte al café de Agaete en un producto gourmet sin competencia en Europa.
### Un Legado Cultural y Agrícola
La historia del café en Canarias está intrínsecamente ligada al comercio entre Europa y América durante la época de las grandes exploraciones. Desde el siglo XV, las Islas Canarias fueron la última escala de los navíos antes de cruzar el Atlántico, lo que facilitó la adaptación de productos exóticos como el café a las condiciones insulares. Este pequeño valle ha logrado mantenerse alejado de las grandes plantaciones, ofreciendo una bebida con identidad propia que resuena con quienes valoran lo auténtico.
El café de Agaete no solo es una bebida; es un símbolo de la rica herencia agrícola de Canarias, un testimonio de la dedicación de sus agricultores y un deleite para los sentidos. La combinación de un proceso artesanal, un entorno natural privilegiado y un legado cultural profundo hace que este café sea un verdadero tesoro en el corazón de Europa. Para aquellos que buscan una experiencia única, el café de Agaete es una parada obligatoria que promete no solo satisfacer el paladar, sino también conectar a los visitantes con la historia y la tradición de esta joya agrícola.