En la madrugada del 26 de junio de 2025, el barrio de El Zardo en Las Palmas de Gran Canaria fue escenario de un trágico suceso que ha conmocionado a la comunidad. A las 12:30 horas, una joven, preocupada por la falta de noticias de su madre, decidió acudir a su hogar. Lo que encontró fue un escenario desgarrador: los cuerpos sin vida de su madre, Carmen S. G., de 60 años, y su pareja, Alfonso T. T., de 57 años. Este hallazgo ha sido calificado como un posible caso de violencia machista, lo que añade una capa de dolor y preocupación a una tragedia ya de por sí devastadora.
La joven había intentado comunicarse con su madre y su pareja durante un día y medio sin éxito. Alarmada por la situación, decidió llamar a un cerrajero para que le ayudara a acceder a la vivienda. Al abrir la puerta, los gritos de la hija resonaron en el edificio, alertando a los vecinos y a las autoridades. La Policía Nacional y el Grupo de Homicidios llegaron rápidamente al lugar, donde encontraron a Carmen en el salón, sin signos visibles de violencia, y a Alfonso en las escaleras, rodeado de sangre y con múltiples heridas.
### Un análisis del contexto de violencia de género
La investigación inicial sugiere que Alfonso pudo haber asesinado a Carmen antes de quitarse la vida. Sin embargo, la falta de lesiones en el cuerpo de Carmen ha generado confusión entre los investigadores. No se encontraron denuncias previas de violencia de género contra Alfonso, aunque se supo que había sido condenado anteriormente por un caso de violencia de género contra una expareja. Esta información ha llevado a los agentes a considerar la posibilidad de que el crimen esté relacionado con un patrón de comportamiento violento que no se había manifestado en su relación actual.
El caso ha sido asignado al Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Las Palmas de Gran Canaria. Las primeras pesquisas apuntan a que el crimen podría haber ocurrido en la madrugada del 25 de junio, justo antes de que la hija de Carmen decidiera buscar ayuda. La autopsia de los cuerpos, que se llevará a cabo en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, será crucial para determinar las causas exactas de la muerte de ambos.
La violencia de género es un problema persistente en España, y este caso se suma a una larga lista de feminicidios que han marcado la historia reciente del país. Desde 2003, se han registrado más de 1,300 muertes de mujeres a manos de sus parejas o exparejas, y este año, Carmen podría ser la víctima número 18. En Canarias, la situación es igualmente alarmante, con 108 mujeres asesinadas en el contexto de la violencia de género.
### Reacciones de la comunidad y el impacto social
La noticia del crimen ha generado una ola de indignación y tristeza en la comunidad de El Zardo. Los vecinos, que describen el área como tranquila y pacífica, se mostraron sorprendidos por la brutalidad del suceso. Muchos afirmaron que nunca habían escuchado discusiones o gritos provenientes de la vivienda de Carmen y Alfonso, lo que hace que la tragedia sea aún más impactante.
Las autoridades locales han instado a la población a estar alerta y a no dudar en denunciar cualquier signo de violencia. La falta de denuncias previas en este caso resalta la importancia de la educación y la sensibilización sobre la violencia de género, así como la necesidad de crear un entorno donde las víctimas se sientan seguras para hablar y buscar ayuda.
Además, organizaciones de derechos de las mujeres han comenzado a movilizarse para exigir medidas más efectivas en la prevención de la violencia de género. La situación actual pone de relieve la necesidad de un enfoque más proactivo por parte de las autoridades para abordar este problema social. Las campañas de concienciación y los recursos de apoyo deben ser accesibles y visibles para todas las mujeres que puedan estar en riesgo.
La tragedia en El Zardo es un recordatorio doloroso de que la violencia de género sigue siendo una realidad en nuestra sociedad. La comunidad se enfrenta ahora a la difícil tarea de procesar este evento y de trabajar juntos para prevenir que algo así vuelva a ocurrir. La esperanza es que, a través de la educación y la acción colectiva, se pueda construir un futuro más seguro para todos.