La ciudad de Nueva York, conocida por su constante transformación y su capacidad de reinventarse, también alberga lugares que resisten el paso del tiempo. Uno de estos lugares es La Nacional, un restaurante que no solo ofrece comida, sino que también sirve como un recordatorio de la rica herencia cultural española en la Gran Manzana. Desde su apertura hace más de un siglo, La Nacional ha sido un punto de encuentro para la comunidad hispana y un símbolo de la historia de la inmigración en Estados Unidos.
### Un Viaje a Través del Tiempo
La Nacional fue inaugurada en 1925 como la cantina de la Spanish Benevolent Society, una organización que brindaba apoyo a los inmigrantes españoles en Nueva York. Situada en el 239 West de la Calle 14, este restaurante ha sobrevivido a las adversidades de la ciudad, incluyendo cambios demográficos y económicos que han llevado a la desaparición de muchos negocios históricos. A lo largo de los años, La Nacional ha sido testigo de la evolución de la comunidad española en Nueva York, desde la vibrante Pequeña España hasta la actualidad, donde su legado sigue vivo.
El restaurante ha pasado por diversas etapas, incluyendo un periodo en el que fue subarrendado a terceros. Sin embargo, en 2018, la sociedad decidió retomar el control de su gestión, lo que permitió una renovación que ha revitalizado su oferta gastronómica y su ambiente. Bajo la dirección del chef Paco Parreño, originario de Valencia, La Nacional ha ganado popularidad por su auténtica cocina española y sus precios accesibles, algo poco común en la ciudad.
### Un Espacio de Encuentro y Cultura
La Nacional no es solo un restaurante; es un espacio donde la comunidad se reúne para celebrar su cultura y su historia. La reciente charla sobre Florence Perkins, la primera mujer en ocupar un cargo ministerial en Estados Unidos, es un ejemplo de cómo el restaurante se ha convertido en un centro cultural. Este tipo de eventos no solo atraen a los amantes de la historia, sino que también fomentan un sentido de pertenencia entre los asistentes.
Doria Kaltz, una septuagenaria neoyorquina que asistió a la charla, expresó su entusiasmo por descubrir La Nacional. Para ella, el restaurante representa un refugio en una ciudad que está perdiendo su esencia. «Este es un ‘nice little place’. La comida y los precios son deliciosos. Se siente personal», comentó Kaltz, reflejando el sentimiento de muchos que buscan mantener vivas las tradiciones en un entorno cambiante.
La Nacional se distingue por su enfoque en la comunidad. A diferencia de muchos restaurantes que operan con la presión de maximizar ganancias, La Nacional funciona como una entidad sin ánimo de lucro. Esto permite que el restaurante mantenga un ambiente acogedor y familiar, donde los clientes pueden disfrutar de una sobremesa prolongada sin la presión de que les traigan la cuenta de inmediato. Este tipo de hospitalidad, que recuerda a las costumbres españolas, es un aspecto que muchos clientes valoran profundamente.
El director ejecutivo de la sociedad, Robert Sanfiz, destaca que La Nacional es más que un simple negocio. «Hay mucho sentimiento, es un negocio con corazón, con historia, y eso en hostelería es muy difícil de encontrar», afirma. Esta conexión emocional es lo que hace que La Nacional sea un lugar especial, donde cada plato servido lleva consigo un pedazo de historia.
La Nacional también se esfuerza por mantener precios asequibles, lo que la convierte en una opción atractiva para aquellos que desean disfrutar de una buena comida sin romper el banco. Recientemente, los precios de los cócteles subieron a 13 dólares, un precio que sigue siendo competitivo en comparación con otros bares y restaurantes de la ciudad. Esta política de precios, junto con la calidad de la comida, ha contribuido a su creciente popularidad.
### Un Legado que Perdura
A medida que Nueva York continúa evolucionando, La Nacional se mantiene firme como un símbolo de la resistencia cultural. La historia de este restaurante es un testimonio de la perseverancia de la comunidad española en la ciudad y de su capacidad para adaptarse a los cambios sin perder su esencia. La Nacional no solo ofrece una experiencia gastronómica, sino que también actúa como un archivo viviente de la historia de la inmigración y la cultura española en Estados Unidos.
En un mundo donde muchos negocios históricos están desapareciendo, La Nacional se erige como un faro de esperanza y un recordatorio de la importancia de preservar la cultura y la historia. Con cada plato servido y cada evento realizado, La Nacional continúa escribiendo su propia historia, una que seguramente seguirá resonando en las generaciones futuras.