En el contexto actual, más de 122 millones de personas se encuentran desplazadas forzosamente en todo el mundo, una cifra que supera la población combinada de España, Portugal y Francia. Este alarmante aumento, que duplica la cifra de hace una década, se ha visto impulsado por guerras abiertas y crisis humanitarias que han deteriorado las condiciones de vida en numerosos países. Según el último informe de ACNUR, publicado en el Día Mundial del Refugiado, la situación es cada vez más crítica, con un aumento constante de desplazados desde 2012. Paula Barrachina, portavoz de ACNUR, ha señalado que «estamos en un momento muy delicado», haciendo hincapié en la volatilidad de las relaciones internacionales y el incremento de conflictos que requieren soluciones políticas y financiación, la cual ha disminuido de manera alarmante.
La mayoría de las personas desplazadas forzosamente no buscan llegar a países ricos como Europa o Estados Unidos. De hecho, el 60% de los desplazados internos permanece dentro de su propio país, mientras que el 67% de aquellos que cruzan fronteras se quedan en países vecinos, que a menudo son menos estables y tienen ingresos más bajos. Esto significa que el 73% de todos los refugiados del mundo son acogidos por naciones con ingresos bajos o medios. Barrachina subraya que «los datos aclaran la falsa percepción de que todas las personas quieren llegar a Europa». Por ejemplo, en el Sahel Central, la cifra de desplazados ha aumentado un 89% desde 2020, alcanzando los 3,5 millones, de los cuales más del 75% son desplazados internos.
**Retornos Forzosos y Desafíos en el Reasentamiento**
A pesar de que en 2024 se registraron algunos avances, como el regreso de 500.000 refugiados y 1,2 millones de desplazados internos, las condiciones para el retorno siguen siendo precarias. La falta de seguridad, vivienda y servicios básicos son obstáculos significativos. Barrachina menciona que, aunque hay señales de esperanza, muchos de los retornos se han producido en contextos políticos y de seguridad complicados. En total, 1,6 millones de refugiados regresaron a sus países en 2024, junto con 8,2 millones de desplazados internos que pudieron volver a sus comunidades, marcando el mayor volumen de retornos desde principios de los 2000.
Sin embargo, esta tendencia positiva podría verse amenazada en el futuro. ACNUR advierte que la suspensión del programa de reasentamiento de Estados Unidos, que históricamente ha liderado en número de plazas, podría frenar el progreso logrado. Este recorte afectará principalmente a mujeres, niños y víctimas de violencia, quienes son los más vulnerables y dependen de esta vía para encontrar seguridad.
**Conflictos Enquistados y la Necesidad de Financiación**
Entre los países que enfrentan crisis de desplazamiento, Siria, Venezuela y Sudán del Sur destacan por sus altas tasas de personas que necesitan asilo o ayuda internacional. En la Franja de Gaza, más del 90% de la población civil ha sido desplazada, lo que equivale a más de dos millones de personas. Las cifras de ACNUR reflejan un patrón preocupante: los conflictos se prolongan, las soluciones políticas son escasas y la ayuda humanitaria se reduce. El Alto Comisionado, Filippo Grandi, ha recordado que «detrás de cada número hay una historia de sufrimiento humano» y ha advertido que estas cifras no deberían normalizarse.
El conflicto en Sudán ha sido uno de los más devastadores, con más de 14 millones de personas desplazadas desde abril de 2023 debido a los combates entre el Ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido. En Darfur del Norte, el ataque al campo de Zamzam obligó a escapar al 80% de sus 400.000 habitantes en cuestión de días. Siria sigue siendo el país con más población forzada a huir, con 13,5 millones de desplazados, mientras que en Afganistán, 10,3 millones continúan sin poder regresar a casa. Además, muchos de los retornos han sido forzados, y desde septiembre, Pakistán ha deportado a más de 350.000 personas, lo que ha generado una situación que ACNUR considera «muy preocupante».
A medida que el número de personas desplazadas sigue aumentando, la financiación humanitaria se estanca o incluso disminuye. El presupuesto de ACNUR se mantiene en torno a los 3.400 millones de dólares, una cifra prácticamente igual a la de hace diez años, a pesar de que el número de desplazados se ha duplicado. En 2024, se logró reubicar a 188.800 personas en terceros países, un 19% más que el año anterior, pero la perspectiva para 2025 no es optimista. La falta de un compromiso sólido por parte de otros países para asumir el relevo del programa estadounidense podría dejar a miles de personas vulnerables atrapadas sin opciones seguras.