La creciente demanda de viviendas vacacionales en Canarias ha llevado a un aumento alarmante de la construcción ilegal en terrenos rústicos. Esta situación ha sido objeto de atención por parte de la Agencia de Protección del Medio Natural, que ha reportado un incremento significativo en las infracciones urbanísticas. La directora de la agencia, Montserrat Ortega, ha señalado que durante los primeros cinco meses de este año se han abierto 524 expedientes, un aumento respecto a los 481 del mismo periodo del año anterior. Este fenómeno no solo afecta la legalidad de las construcciones, sino que también plantea serias preocupaciones sobre el medio ambiente y la sostenibilidad de los recursos naturales en las islas.
La construcción de viviendas en suelo rústico, que debería estar reservado para actividades agrícolas y de conservación, se ha convertido en una práctica común entre propietarios que buscan aprovechar el auge del turismo. Ortega explica que muchos de estos propietarios poseen múltiples propiedades en zonas urbanas y optan por construir en terrenos rústicos para generar ingresos a través del alquiler vacacional. Sin embargo, esta tendencia ha llevado a un aumento de las infracciones urbanísticas, ya que muchas de estas edificaciones se realizan sin los permisos necesarios.
### Impacto de la Construcción Ilegal en el Medio Ambiente
El problema de las construcciones ilegales no se limita a la violación de normativas urbanísticas. La directora de la Agencia de Protección del Medio Natural advierte que estas prácticas tienen un impacto directo en el medio ambiente. Canarias cuenta con un alto porcentaje de suelo rústico, que incluye áreas protegidas que son esenciales para la conservación de la biodiversidad. La construcción descontrolada en estos espacios puede llevar a la degradación de ecosistemas frágiles y afectar la calidad de los recursos hídricos.
Ortega destaca que muchas de las edificaciones ilegales se realizan en suelos de protección agraria, donde los propietarios, al no cultivar, deciden construir. Esta falta de respeto por las normativas de uso del suelo no solo es un problema legal, sino que también plantea serias amenazas para el entorno natural. Las aguas residuales generadas por estas construcciones pueden contaminar las aguas subterráneas, lo que a su vez afecta la salud de los ecosistemas locales.
La respuesta del Gobierno de Canarias ha sido la modificación de la ley del suelo, que busca endurecer las sanciones por daños ambientales y ampliar los plazos para que la entidad actúe en caso de infracciones. Las multas por infracciones leves han aumentado de 60 a 300 euros, mientras que las infracciones muy graves pueden llegar a costar hasta 600,000 euros. Además, el plazo de prescripción para sanciones urbanísticas se ha extendido de cuatro a ocho años, lo que permitirá una mayor capacidad de respuesta ante estas situaciones.
### La Necesidad de una Solución Sostenible
Montserrat Ortega también ha abordado el tema de la emergencia habitacional en Canarias, sugiriendo que la solución no debe pasar por la ocupación de suelo rústico. La construcción ilegal de viviendas, muchas veces en forma de contenedores o estructuras temporales, no es una respuesta viable a la crisis de vivienda que enfrenta la región. Ortega enfatiza que es fundamental encontrar alternativas que no comprometan el entorno natural.
La colaboración entre la Agencia de Protección del Medio Natural, la Policía Canaria, los cabildos y los ayuntamientos es crucial para abordar este problema. La educación y la concienciación sobre la importancia de preservar el medio ambiente deben ser una prioridad. Ortega sugiere que es esencial educar a las nuevas generaciones sobre la importancia de cuidar el entorno rural y respetar las normativas de uso del suelo.
El aumento de las infracciones urbanísticas en Canarias es un reflejo de la tensión entre el desarrollo económico y la conservación del medio ambiente. La presión por construir viviendas vacacionales puede ser comprensible en un contexto de alta demanda turística, pero no debe llevar a la destrucción de recursos naturales. La solución a la crisis de vivienda debe ser integral y sostenible, buscando alternativas que no comprometan el patrimonio natural de las islas. La reforma de la ley del suelo es un paso en la dirección correcta, pero se necesita un compromiso colectivo para garantizar que el desarrollo en Canarias sea responsable y respetuoso con el medio ambiente.