El primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu, enfrenta una de las crisis más significativas de su carrera política. Su gobierno, considerado el más ultraderechista en la historia del país, se encuentra al borde del colapso, no solo por los errores de inteligencia que llevaron al ataque del 7 de octubre de 2023, ni por la prolongada guerra en Gaza que ha causado la muerte de más de 54,000 palestinos, sino por la creciente presión de sus aliados ultraortodoxos. Estos últimos han comenzado a reclutar a miles de jóvenes en el Ejército, lo que ha desatado una serie de tensiones que amenazan con desestabilizar su gobierno.
La comunidad ultraortodoxa, que representa aproximadamente el 13% de la población israelí, ha mostrado su descontento ante la reciente decisión de la Corte Suprema, que dictaminó que los hombres ultraortodoxos deben ser reclutados en el Ejército, rompiendo un acuerdo que les eximía de esta obligación desde la creación del Estado. Ante esta situación, los partidos jaredíes han comenzado a boicotear las votaciones sobre proyectos de ley que no abordan su exención del servicio militar, lo que ha llevado a una crisis en la coalición de Netanyahu.
### La Resistencia de los Ultraortodoxos
La comunidad ultraortodoxa ha manifestado su descontento de manera contundente. Miles de estudiantes de yeshivá, las escuelas religiosas, han declarado oficialmente su intención de evadir el servicio militar, ignorando las órdenes de reclutamiento emitidas por el Ejército. Este acto de desobediencia civil ha puesto a Netanyahu en una posición complicada, ya que sus aliados políticos amenazan con disolver la Knesset, el Parlamento israelí, si no se aprueba una ley que garantice su exención del servicio militar.
La postura del Ejército es clara: todos los jóvenes israelíes, incluidos los estudiantes de yeshivá, deben ser reclutados. Sin embargo, hasta ahora, el Ejército ha enviado más de 20,000 avisos de reclutamiento a hombres ultraortodoxos, de los cuales solo unos pocos cientos han respondido. Las sanciones por evasión del servicio militar han sido mínimas, lo que ha llevado a un aumento en el número de desertores, muchos de los cuales son jaredíes. La falta de acción contundente por parte del Ejército ha generado un clima de impunidad entre aquellos que eligen no servir.
El general de brigada Shay Taib, jefe de la División de Planificación y Gestión de Personal del Ejército, ha expresado su preocupación por la evasión del servicio militar, señalando que afecta no solo a los soldados reclutados, sino también a la moral y la carga general del servicio. Ha instado al gobierno a tomar medidas más severas contra las yeshivás cuyos estudiantes evaden el reclutamiento, pero la respuesta del gobierno ha sido tibia.
### La Dificultad de Netanyahu para Mantener el Control
Netanyahu ha enfrentado numerosos desafíos a lo largo de su carrera, desde protestas masivas contra su reforma judicial hasta juicios por corrupción. Sin embargo, la presión de sus aliados ultraortodoxos podría ser la más difícil de manejar hasta ahora. En conversaciones privadas, el primer ministro ha admitido que el problema del reclutamiento de los ultraortodoxos no tiene una solución fácil. A pesar de esto, ha intentado calmar a sus aliados políticos al sugerir que la ley de exención podría avanzar, especialmente después de haber reemplazado a figuras clave en el Ministerio de Defensa y el Estado Mayor del Ejército que se oponían a dicha ley.
La situación es aún más complicada debido a la creciente frustración entre la población israelí no ultraortodoxa, que siente que está soportando el peso de la guerra en Gaza sin el apoyo de sus compatriotas ultraortodoxos. Con casi 10,000 bajas en el Ejército y un aumento en las tasas de suicidio entre los soldados, la presión sobre Netanyahu para resolver esta crisis se intensifica. La exención del servicio militar para los ultraortodoxos ha sido un tema divisivo en la sociedad israelí durante décadas, pero la guerra en Gaza ha exacerbado las tensiones.
A medida que la crisis se desarrolla, algunos miembros de la coalición han comenzado a hablar de la inevitabilidad de elecciones anticipadas, independientemente de la aprobación de la ley de exención. La falta de cohesión dentro de la coalición y las dificultades para aprobar el presupuesto han llevado a un clima de incertidumbre política. La estrategia de los líderes ultraortodoxos de intentar disolver la Knesset podría prolongar la crisis, permitiéndoles mantener a sus ministros en el cargo mientras buscan una solución a sus demandas.
La situación en Israel es un reflejo de las complejidades políticas y sociales que enfrenta el país. La lucha por el reclutamiento de los ultraortodoxos no solo afecta al gobierno de Netanyahu, sino que también plantea preguntas sobre el futuro de la cohesión social en Israel y el papel de la comunidad ultraortodoxa en la sociedad israelí moderna.