El Estadio de Gran Canaria se convirtió en el escenario de una noche inolvidable el pasado sábado, cuando el fenómeno musical Quevedo regresó a su tierra natal tras su exitoso tour por América. Con una asistencia de 40,000 fanáticos, el evento no solo fue un concierto, sino una celebración de la música canaria y un homenaje a sus raíces. La atmósfera vibrante se palpaba en el aire mientras los asistentes, vestidos de amarillo en apoyo a la UD Las Palmas, esperaban ansiosos el inicio del espectáculo.
Quevedo, conocido por su estilo único que fusiona reguetón y ritmos urbanos, no decepcionó. Con un vestuario que evocaba el glamour de James Bond, el artista hizo su entrada triunfal al escenario, donde comenzó su actuación con una serie de éxitos que hicieron vibrar a la multitud. Las luces del estadio brillaban al ritmo de sus canciones, creando un espectáculo visual que complementaba su potente actuación vocal. La noche se dividió en tres actos, cada uno más emocionante que el anterior, gracias a la dirección creativa de Velodrome, quien ha trabajado con Quevedo en varios de sus proyectos.
La primera colaboración de la noche fue con Maikel Delacalle, un artista tinerfeño que ha ganado popularidad en la escena musical canaria. Juntos interpretaron «Mi nena remix», un tema que desató la locura entre los asistentes, quienes coreaban cada palabra. La conexión entre Quevedo y Delacalle es palpable, y su química en el escenario se tradujo en una energía contagiosa que hizo que el público se entregara por completo.
### La Sorpresa de Los Gofiones
Uno de los momentos más destacados de la noche fue la aparición sorpresa de Los Gofiones, un grupo emblemático de la música canaria. Su interpretación de «Somos costeros» resonó en el estadio, evocando un sentido de orgullo y pertenencia entre los asistentes. La fusión de estilos entre Quevedo y Los Gofiones fue un testimonio de la riqueza cultural de las Islas Canarias, mostrando cómo diferentes géneros pueden unirse para crear algo verdaderamente especial.
La noche continuó con la participación de otros artistas como La Pantera y Delaossa, quienes también aportaron su estilo único al espectáculo. La Pantera, con su chaqueta rosa y su carisma, hizo que el público se sintiera parte de un evento exclusivo. Su interpretación de «Piel de cordero» fue un momento de gran emotividad, recordando a todos los presentes el camino recorrido por Quevedo desde sus inicios hasta convertirse en una estrella internacional.
Quevedo, en un momento de conexión con su público, compartió sus sentimientos sobre su trayectoria. «Yo sé que estos temas que acabo de cantar me teletransportan a la época en la que empecé a hacer música. Me recuerdan al principio, a la isla», dijo, mientras el público respondía con vítores y aplausos. Este tipo de interacción es lo que hace que los conciertos sean memorables, y Quevedo lo sabe bien.
### Un Espectáculo Visual y Musical
El espectáculo no solo se limitó a la música; la producción fue de primer nivel. Las luces, los efectos visuales y el diseño del escenario crearon una atmósfera mágica que mantuvo a todos los presentes al borde de sus asientos. Cada canción era acompañada por un despliegue de luces que seguía el ritmo de la música, haciendo que cada momento fuera aún más impactante.
El evento también se convirtió en un fenómeno en redes sociales, con muchos asistentes compartiendo su experiencia en plataformas como TikTok e Instagram. Uno de los momentos virales fue cuando el influencer Pablo Vera, quien había aceptado un reto de Quevedo, subió al escenario tras alcanzar un millón de likes en un video. Este tipo de interacción con sus fans demuestra la conexión que Quevedo ha cultivado con su audiencia, convirtiendo cada concierto en una experiencia única.
A medida que la noche avanzaba, la energía en el estadio no disminuyó. Quevedo continuó interpretando sus éxitos, y el público no dejó de cantar y bailar. La combinación de la música, la producción y la conexión emocional con los artistas hizo que esta noche en Gran Canaria fuera un evento que quedará grabado en la memoria de todos los asistentes.
Con el cierre del concierto, Quevedo dejó claro que su viaje musical apenas comienza. Con planes de cruzar el charco hacia Perú en junio, el artista se despidió de su público con un agradecimiento sincero, prometiendo regresar a su hogar en el futuro. La noche fue, sin duda, un hito en su carrera y un recordatorio del poder de la música para unir a las personas, celebrar la cultura y crear recuerdos inolvidables.