La situación en Gaza se ha vuelto aún más crítica tras un reciente bombardeo llevado a cabo por el Ejército de Israel, que ha dejado al menos 34 muertos y más de 120 heridos en un campo de desplazados en la zona de Mawasi, al sur del enclave. Este ataque, que tuvo lugar en la noche del sábado, ha sido calificado como uno de los más mortales en el contexto de la escalada de violencia que ha azotado la región desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023.
El campo de Mawasi, que había sido considerado una «zona segura» por las fuerzas israelíes hasta el 18 de marzo, se ha convertido en un refugio para cientos de miles de personas que han sido desplazadas por el conflicto. Las autoridades sanitarias han reportado que las tiendas de campaña donde se alojan los refugiados fueron alcanzadas por drones israelíes, lo que ha provocado un caos indescriptible. Imágenes compartidas en redes sociales muestran a los residentes tratando de rescatar a los heridos y a los fallecidos entre los escombros, mientras otros intentan sofocar los incendios provocados por el ataque.
La clínica de campo del Hospital Kuwatí, ubicada en las cercanías del ataque, ha suspendido sus servicios quirúrgicos debido a los graves daños sufridos. Este hecho resalta la precariedad de la atención médica en Gaza, donde los recursos son escasos y la infraestructura ha sido severamente afectada por los bombardeos continuos.
La ofensiva israelí, que ha sido denominada «Carros de Gedeón», ha intensificado sus ataques en Gaza, resultando en la muerte de aproximadamente 200 personas entre el viernes y el sábado. El Ministerio de Sanidad de Gaza ha informado que, en total, las fuerzas israelíes han causado la muerte de cerca de 53,300 palestinos desde el inicio de la guerra, que comenzó tras un ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023. Este ataque inicial resultó en la muerte de alrededor de 1,200 personas en territorio israelí y el secuestro de 251 más.
La escalada de violencia ha llevado a una situación humanitaria desesperada en Gaza, donde las organizaciones no gubernamentales y las agencias internacionales han expresado su preocupación por el bienestar de la población civil. La entrada de las tropas israelíes en Deir al Balah, una ciudad que no había sido ocupada desde el inicio de la ofensiva, ha generado alarmas sobre el impacto que esto tendrá en las operaciones humanitarias en la región.
La comunidad internacional ha estado observando con creciente preocupación la situación en Gaza, donde la población civil se encuentra atrapada en medio de un conflicto que parece no tener fin. Las imágenes de la devastación y el sufrimiento humano han resonado en todo el mundo, generando llamados a la paz y a la protección de los derechos humanos. Sin embargo, hasta el momento, las respuestas han sido limitadas y la violencia continúa.
La falta de un alto el fuego efectivo y la continua escalada de ataques han llevado a un aumento en el número de desplazados y a una crisis humanitaria que se agrava día a día. Las organizaciones de derechos humanos han instado a las partes involucradas a respetar el derecho internacional y a proteger a la población civil, que es la más afectada por este conflicto.
Mientras tanto, el Ejército israelí no ha emitido comentarios sobre el ataque en Mawasi, lo que ha generado aún más incertidumbre y temor entre la población. La situación en Gaza sigue siendo crítica, y la comunidad internacional enfrenta el desafío de encontrar una solución duradera que ponga fin a la violencia y permita la reconstrucción de una región devastada por años de conflicto.