Un vuelo de Ryanair que partió de Tenerife con destino a Liverpool se convirtió en un verdadero caos cuando una pasajera, en estado de embriaguez, comenzó a agredir a otros viajeros. Este incidente, que ha captado la atención de los medios, plantea serias preguntas sobre la seguridad en los vuelos y el comportamiento de los pasajeros. La mujer, identificada como Catherine Bellis, de 44 años, había comenzado a beber antes de embarcar y continuó ingiriendo alcohol durante el vuelo, lo que llevó a una serie de altercados que culminaron en su arresto al aterrizar.
La situación se tornó crítica cuando Bellis, a pesar de las advertencias del personal de vuelo, sacó una botella de vodka adquirida en el duty free y siguió bebiendo. Su comportamiento agresivo no solo afectó a otros pasajeros, sino que también obligó a su pareja a cambiar de asiento en varias ocasiones para evitarla. Finalmente, el capitán tuvo que intervenir a través del sistema de megafonía, llamando la atención de Bellis de manera pública para intentar calmar la situación.
### La Respuesta Judicial y el Contexto de la Violencia Aérea
Bellis fue acusada formalmente de dos delitos de agresión y de estar ebria a bordo de un avión. Durante una audiencia en mayo, se declaró culpable de todos los cargos. El juez Anil Murray advirtió que la sentencia, programada para el 12 de mayo, podría incluir una pena de prisión, aunque su abogado argumentó que su falta de antecedentes penales podría influir en la decisión del tribunal. Actualmente, Bellis se encuentra en libertad bajo fianza y deberá reunirse con los servicios de libertad condicional para un informe pre-sentencia.
Este incidente no es un caso aislado. En las últimas semanas, varios vuelos de Ryanair han estado involucrados en altercados similares. Por ejemplo, otro vuelo hacia Tenerife tuvo que ser asistido por la policía después de que una pareja británica se negase a pagar por unas Pringles que habían solicitado a bordo. Aunque no se registraron agresiones físicas, la intervención policial fue necesaria para controlar la situación, lo que pone de manifiesto un patrón preocupante de comportamientos inadecuados en vuelos hacia destinos turísticos.
La violencia en vuelos a Canarias ha aumentado notablemente, con incidentes que van desde peleas entre pasajeros hasta altercados por cuestiones triviales. En un vuelo de julio de 2024, un desvío de emergencia fue necesario tras una pelea entre dos familias por un cambio de asientos. En otro caso, un vuelo de Edimburgo a Tenerife se convirtió en un campo de batalla cuando dos hermanos comenzaron a pelear, involucrando a otros pasajeros en la confrontación.
### La Propuesta de Prohibir el Alcohol en Vuelos
Ante el aumento de estos incidentes, expertos y organizaciones de consumidores han comenzado a abogar por la prohibición o restricción del alcohol en vuelos. Algunos aeropuertos británicos ya han tomado medidas para limitar la venta de bebidas alcohólicas, especialmente en vuelos de madrugada y en rutas hacia destinos turísticos de alto riesgo. Según datos recientes, el 60% de los incidentes graves en vuelos británicos en los últimos años han estado relacionados con el consumo excesivo de alcohol.
La discusión sobre la venta de alcohol en vuelos ha cobrado fuerza, especialmente en el contexto de la creciente violencia aérea. Las aerolíneas, por su parte, enfrentan un dilema: por un lado, el alcohol puede ser una fuente de ingresos significativa, pero por otro, los riesgos asociados con su consumo descontrolado son cada vez más evidentes. La necesidad de encontrar un equilibrio entre la experiencia del pasajero y la seguridad a bordo es más urgente que nunca.
La situación actual en los vuelos hacia Canarias refleja un problema más amplio en la industria de la aviación, donde el comportamiento de los pasajeros se ha vuelto cada vez más errático. Las aerolíneas y las autoridades deben trabajar en conjunto para implementar medidas que garanticen la seguridad de todos los viajeros, ya sea a través de la restricción del alcohol o mediante la capacitación del personal para manejar situaciones de crisis de manera efectiva. La seguridad en los cielos es una prioridad que no puede ser ignorada, y la comunidad aérea debe actuar para prevenir que estos incidentes se conviertan en la norma.