El cine Gaumont de Buenos Aires, un emblemático espacio para los amantes del séptimo arte argentino, se encuentra en la cuerda floja debido a las recientes decisiones del Gobierno de Javier Milei. Este cine, que ha sido un refugio para películas de culto que no logran entrar en el circuito comercial, podría convertirse en un recuerdo del pasado si se llevan a cabo los planes de demolición del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). La intervención de Juan Carlos Pirovano, designado por Milei, ha comenzado con el despido de 138 empleados y la intención de reducir drásticamente los gastos del organismo, lo que pone en riesgo la continuidad de políticas que han fomentado el cine argentino tanto a nivel nacional como internacional.
La situación ha desatado protestas masivas, donde actores y actrices reconocidos han alzado su voz en defensa de una industria que, a pesar de sus desafíos, ha demostrado ser respetada y querida por el público. Leo Sbaraglia, uno de los actores más destacados, expresó su preocupación: «Están dejando morir una industria que funciona muy bien». Sin embargo, las palabras de Milei son contundentes: «Lo dijimos, lo hacemos», refiriéndose a su Ley Ómnibus, que busca eliminar la principal fuente de financiación del cine argentino a través de impuestos sobre la facturación de canales de televisión y servicios de cable.
La Ley Ómnibus, que fracasó en su primera presentación en el Congreso, incluye medidas que no solo afectan al cine, sino que también atacan a la cultura en su conjunto. La eliminación del impuesto del 10% sobre el precio de las entradas de espectáculos en todo el país es solo una de las muchas reformas que se proponen. Esta situación ha generado un clima de incertidumbre y temor entre los artistas y trabajadores de la cultura, quienes ven cómo su medio de vida se desmorona ante una política que parece ignorar la importancia de la cultura en la sociedad.
**La Guerra Cultural de Milei**
Desde su llegada al poder, Javier Milei ha declarado la guerra a lo que él denomina «marxismo cultural», una ideología que, según él, permea todas las esferas artísticas y educativas. En su cruzada, ha atacado a figuras del entretenimiento, como la cantante Lali Espósito, a quien ha acusado de ser parte de una «arquitectura cultural» que sostiene un modelo político que favorece a los políticos. Esta retórica, que recuerda a los discursos de la última dictadura militar en Argentina, ha llevado a muchos a cuestionar la dirección en la que se encuentra el país.
Milei ha tomado medidas drásticas, como convertir el Ministerio de Cultura en una secretaría sin presupuesto, lo que pone en riesgo el funcionamiento de instituciones culturales fundamentales, como la Orquesta Sinfónica y el Centro Cultural Kirchner (CCK). Este último, un imponente espacio cultural, se encuentra prácticamente cerrado, y se anticipan despidos masivos en el sector. La amenaza de extinción también se cierne sobre el Instituto Nacional de Teatro y el Fondo Nacional de las Artes, que han sido vitales para la promoción de artistas y creadores en Argentina.
**Impacto en la Industria Editorial y Universitaria**
La situación no es menos alarmante en el ámbito de la industria del libro. El Gobierno de Milei planea derogar la Ley de Protección a la Actividad Librera, una normativa que ha regulado el sector durante más de dos décadas. Esta ley establece un precio unitario por libro, protegiendo a autores, editores y libreros de prácticas monopólicas. Sin embargo, en un contexto de recesión económica, donde el 67,4% de la población vive en la pobreza y los asalariados han perdido un 21% de su poder adquisitivo, las ventas de libros han caído un 30%. La inflación, que se aproxima al 60%, ha exacerbado la crisis, haciendo que los libros sean más caros que en otros países, como España.
La educación superior también enfrenta un futuro incierto. Las universidades nacionales han advertido que tienen fondos para operar solo hasta mayo, y después no podrán pagar salarios ni servicios básicos. Milei ha criticado la existencia de programas educativos que considera de izquierda, argumentando que lo que el país necesita es más capitalismo y libertad. Sin embargo, ignora la historia de la reforma universitaria de 1918, que estableció la autonomía de cátedra y que ha sido un modelo para otros países de la región.
En este contexto, la película ‘Puan’, que se estrenó en el Gaumont, se convierte en un símbolo de la lucha por la educación y la cultura en Argentina. La trama, que gira en torno a la disputa por un puesto de profesor en la Facultad de Filosofía y Letras, refleja la realidad de un sistema educativo que se encuentra al borde del colapso. La falta de presupuesto y la amenaza de cierre de universidades son una preocupación que resuena en toda la sociedad.
La cultura argentina, rica y diversa, se enfrenta a un momento crítico. Las decisiones del Gobierno de Milei no solo afectan a los artistas y creadores, sino que también ponen en riesgo la identidad cultural del país. En un contexto de crisis económica y social, la defensa de la cultura se convierte en una lucha por la supervivencia de un legado que ha sido fundamental para la construcción de la sociedad argentina.