Donald Trump, el expresidente de Estados Unidos, ha marcado un hito en su segundo mandato al celebrar sus primeros 100 días en el cargo con un mitin en Warren, Míchigan, donde reunió a cerca de 3,000 seguidores. Durante el evento, Trump se mostró nostálgico por la campaña electoral, enfatizando que «solo acabamos de empezar» y que aún no han visto lo mejor de su administración. Este acto no solo fue una celebración, sino también una plataforma para reiterar sus críticas hacia el presidente Joe Biden y los demócratas, así como para revivir sus alegaciones sobre un supuesto fraude electoral en las elecciones de 2020.
El exmandatario, que ha mantenido su estilo provocador, utilizó el mitin para defender su política migratoria, su enfoque en la guerra comercial y los recortes en el gobierno, atribuyendo gran parte de estos cambios a figuras como Elon Musk. A lo largo de su discurso de 90 minutos, Trump no escatimó en cuestionar a los jueces que han bloqueado sus órdenes ejecutivas, tildándolos de «comunistas». Esta retórica ha resonado fuertemente entre sus seguidores, quienes lo vitorearon cuando se refirió a los inmigrantes de manera despectiva, llamándolos criminales y «monstruos».
A pesar de la euforia de sus seguidores, Trump enfrenta un panorama complicado en términos de aprobación pública. Las encuestas recientes indican un descenso en su popularidad, con un índice de desaprobación que ha superado al de aprobación en casi 7.5 puntos. Esta caída es especialmente notable en áreas críticas como la economía y la inflación, donde su gestión ha sido objeto de críticas. Aunque ha logrado reducir los cruces fronterizos, su enfoque en la deportación ha sido cuestionado por su falta de respeto a los derechos de los inmigrantes.
Trump ha descalificado las encuestas que reflejan su descenso en popularidad, alegando que están «trucadas» en su contra. Sin embargo, su estrategia parece centrarse en mantener la lealtad de su base, como se evidenció en el mitin de Warren, donde sus seguidores respondieron con entusiasmo a sus afirmaciones. En un momento del evento, proyectó un video que mostraba el traslado de migrantes a cárceles en El Salvador, lo que provocó vítores de «¡USA, USA!» entre la multitud.
En su discurso, Trump también abordó la guerra comercial, aunque en un giro inesperado, firmó órdenes ejecutivas que suavizan algunos aranceles que afectan al sector automotriz, crucial en el condado de Macomb, donde se llevó a cabo el mitin. Esta decisión parece ser un intento de equilibrar su retórica agresiva con la necesidad de mantener la estabilidad económica en una región que depende en gran medida de la industria automotriz.
Además, Trump no dudó en criticar a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, aunque lo hizo de manera indirecta, refiriéndose a él como «la persona de la Fed». A pesar de sus críticas, el expresidente se mostró cauteloso, afirmando que desea ser «agradable y respetuoso» con la institución, aunque dejó claro que considera tener un mayor conocimiento sobre tipos de interés que Powell. Esta declaración refleja su habitual confianza en su propio juicio económico, a pesar de las reacciones nerviosas que sus comentarios pueden provocar en los mercados.
El evento en Míchigan no solo fue una celebración de sus primeros 100 días, sino también un claro recordatorio de que Trump sigue siendo una figura polarizadora en la política estadounidense. Su capacidad para movilizar a sus seguidores y mantener su relevancia en el escenario político es innegable, pero también enfrenta desafíos significativos que podrían afectar su futuro político. A medida que se acerca el ciclo electoral de 2028, la pregunta sobre si Trump se postulará nuevamente sigue en el aire, pero su base de apoyo parece más firme que nunca, dispuesta a seguirlo en su camino hacia lo que él llama «la grandeza de América».