La situación de los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y otras discapacidades en el sistema de valoración de dependencia en España ha sido objeto de creciente preocupación. Un caso reciente ha puesto de manifiesto las deficiencias en este proceso, donde un niño diagnosticado con TEA de grado 1 y retraso madurativo recibió una resolución que le otorgaba un grado 0 de dependencia. Este caso, que ha llevado a la familia a recurrir a los tribunales, refleja una tendencia preocupante en la evaluación de la dependencia infantil, especialmente en los más pequeños.
La familia del niño, conocido como P., se encontró en una situación angustiante tras recibir la resolución de los servicios sociales, que argumentó que todos los niños pequeños son dependientes, lo que llevó a una valoración que no reflejaba las necesidades específicas de P. La jueza del caso finalmente otorgó al niño un grado 2 de dependencia, pero este desenlace no es un hecho aislado. Según la Coordinadora en Defensa de la Ley de Dependencia de la Comunitat Valenciana, muchos casos similares han sido reportados, lo que sugiere una estrategia sistemática por parte de la Administración para no reconocer la dependencia en niños, especialmente en aquellos de 0 a 6 años.
### La Falta de Formación Adecuada en Valoraciones
Uno de los problemas más destacados en este contexto es la falta de formación adecuada de los profesionales encargados de realizar las valoraciones de dependencia. Los trabajadores sociales, que son los responsables de estas evaluaciones, reciben una formación limitada en comparación con la que obtienen los terapeutas ocupacionales. La presidenta del Colegio Oficial de Terapeutas Ocupacionales de la Comunitat Valenciana, Inmaculada Íñiguez, ha señalado que los trabajadores sociales completan un curso de formación que dura solo unas pocas horas, mientras que los terapeutas ocupacionales pasan cuatro años formándose en este campo.
Esta disparidad en la formación ha llevado a que las valoraciones de dependencia sean, en muchos casos, inadecuadas. Íñiguez explica que, aunque los trabajadores sociales pueden realizar informes sociales, la valoración presencial debe ser llevada a cabo por terapeutas ocupacionales, quienes están capacitados para aplicar un baremo y realizar entrevistas que reflejen con mayor precisión la situación del niño. Por ejemplo, un niño que utiliza una silla de ruedas puede ser considerado automáticamente como altamente dependiente, mientras que un niño que puede moverse y hablar podría ser visto como autónomo, sin tener en cuenta las necesidades específicas de cada caso.
La presidenta del colegio también subraya que el sistema de dependencia en la Comunitat Valenciana fue mal diseñado desde el principio y que los cambios de gobierno no han corregido esta situación. La perpetuación de un sistema ineficaz ha resultado en largas esperas para las valoraciones y un aumento en las reclamaciones, lo que afecta directamente a las familias que buscan apoyo para sus hijos.
### La Importancia de una Valoración Precisa
La correcta valoración de la dependencia es crucial para garantizar que los niños con discapacidades reciban el apoyo necesario para su desarrollo. Íñiguez enfatiza que el aprendizaje de un niño con discapacidad no se produce de la misma manera que en un niño sin dificultades. Un niño con TEA o cualquier otra discapacidad puede requerir un enfoque diferente y más especializado para su educación y desarrollo. Por lo tanto, es esencial que los profesionales que realizan estas valoraciones tengan el conocimiento y la experiencia necesarios para identificar las necesidades específicas de cada niño.
La presidenta del colegio de terapeutas ocupacionales explica que, si un niño es bien valorado, podrá acceder a los apoyos que necesita para mejorar sus capacidades. Esto no solo beneficia al niño en cuestión, sino que también tiene un impacto positivo en su familia y en la sociedad en general. La falta de una valoración adecuada puede llevar a que los niños no reciban la atención y los recursos que necesitan, lo que puede resultar en un desarrollo deficiente y en una mayor dependencia a largo plazo.
El caso de P. es un claro ejemplo de cómo un sistema de valoración deficiente puede afectar a los niños y sus familias. La lucha de la familia por obtener el reconocimiento de la dependencia de su hijo es un reflejo de las dificultades que enfrentan muchas otras familias en situaciones similares. La necesidad de una reforma en el sistema de valoración de dependencia es urgente, y se requiere un enfoque más centrado en el niño, que tenga en cuenta las particularidades de cada caso.
La comunidad de terapeutas ocupacionales ha estado abogando por un cambio en la forma en que se realizan estas valoraciones, sugiriendo que se implementen protocolos más rigurosos y que se incluya a profesionales capacitados en el proceso. Esto no solo mejoraría la precisión de las valoraciones, sino que también podría reducir el número de reclamaciones y el tiempo de espera para las familias que buscan apoyo.
En resumen, el caso de P. pone de relieve la necesidad de un cambio significativo en el sistema de valoración de dependencia infantil en España. La falta de formación adecuada de los profesionales encargados de estas valoraciones y la tendencia a no reconocer la dependencia en los niños más pequeños son problemas que deben abordarse urgentemente. La implementación de un enfoque más profesional y especializado en la valoración de la dependencia no solo beneficiaría a los niños con discapacidades, sino que también contribuiría a una sociedad más inclusiva y equitativa.
