La Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) ha tomado una decisión histórica al trasladar su sede de Carolina del Norte a Europa, estableciendo una nueva base en Málaga y Roma. Este movimiento no solo representa un cambio geográfico, sino también un reconocimiento del creciente ecosistema científico y tecnológico de Málaga, que ha demostrado ser un lugar propicio para la investigación y la innovación. La IUPAC, que ha estado en Carolina del Norte desde 1997, ha decidido regresar a Europa después de casi tres décadas, lo que subraya la importancia de la ciudad andaluza en el ámbito científico.
La elección de Málaga como una de las sedes de la IUPAC es el resultado de un proceso que comenzó con la primera edición del Foro Económico y Social del Mediterráneo, donde se discutieron las posibilidades de establecer un centro de operaciones en Europa. Durante este foro, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y otros representantes locales se reunieron con Javier García, el primer español en presidir la IUPAC. Esta reunión fue clave para presentar la candidatura de Málaga, que fue seleccionada entre una docena de ciudades de Asia, Europa y América que también mostraron interés por acoger la sede.
El alcalde de Málaga expresó su satisfacción por la elección de la ciudad, destacando que esto coloca a Málaga en una «división de primera categoría» en el ámbito científico. La nueva sede de la IUPAC en Málaga estará ubicada en el Rectorado de la Universidad de Málaga, donde se llevarán a cabo reuniones de comités y asambleas de esta prestigiosa organización. Se espera que la instalación física de la sede se complete en enero, con una apertura oficial programada para el primer trimestre del próximo año.
La IUPAC, fundada en 1919, ha sido fundamental en la creación de un lenguaje común en la química, estableciendo estándares y promoviendo la educación en esta disciplina. La organización también es responsable de la nomenclatura de los elementos químicos y de la definición de tecnologías emergentes en el campo de la química. Con más de 2,000 investigadores de 57 países, la IUPAC juega un papel crucial en la colaboración entre la academia y la industria química.
La decisión de trasladar la sede a Málaga y Roma no solo es un hito para estas ciudades, sino que también representa una oportunidad para fortalecer la colaboración científica en Europa. La presencia de la IUPAC en Málaga permitirá a la ciudad atraer a más investigadores y fomentar el desarrollo de proyectos innovadores en el ámbito de la química. Además, la Universidad de Málaga y el Parque Tecnológico de Andalucía se beneficiarán de esta colaboración, lo que podría resultar en un aumento de la inversión en investigación y desarrollo en la región.
La IUPAC ha tenido una rica historia en Europa, con sedes anteriores en París, Zúrich, Basilea y Oxford. Su regreso al continente es un testimonio de la importancia de la investigación científica en Europa y del papel que ciudades como Málaga pueden desempeñar en este contexto. La elección de Málaga también refleja un cambio en la dinámica de la investigación científica, donde las ciudades más pequeñas y emergentes están ganando protagonismo frente a las grandes capitales tradicionales.
La llegada de la IUPAC a Málaga es un paso significativo hacia la consolidación de la ciudad como un centro de referencia en el ámbito científico y tecnológico. La colaboración entre la universidad, el gobierno local y el sector privado será fundamental para aprovechar al máximo esta oportunidad. La creación de un ecosistema de innovación en Málaga puede atraer a más investigadores y empresas del sector químico, lo que a su vez generará empleo y contribuirá al desarrollo económico de la región.
En resumen, la decisión de la IUPAC de establecer una sede en Málaga es un reconocimiento del potencial de la ciudad como un centro de investigación y desarrollo en química. Este movimiento no solo beneficiará a la comunidad científica, sino que también tendrá un impacto positivo en la economía local y en la proyección internacional de Málaga como un hub de innovación. La colaboración entre diferentes actores será clave para asegurar que esta nueva etapa sea exitosa y sostenible en el tiempo.