La situación de la sanidad pública en Canarias ha generado un intenso debate en los últimos tiempos, especialmente tras las acusaciones de la Federación de Salud de Intersindical Canaria. Este sindicato ha denunciado que el Gobierno de Canarias, compuesto por Coalición Canaria y el Partido Popular, está obstaculizando deliberadamente la eficacia del sistema público de salud con el objetivo de favorecer su privatización. En un comunicado reciente, Intersindical Canaria ha expresado su preocupación por lo que consideran una gestión intencionadamente ineficaz que beneficia a la sanidad privada y mantiene a Canarias a la cabeza en concertaciones con empresas privadas.
### Acusaciones de Ineficiencia y Privatización
La crítica se centra en la gestión de la consejera de Sanidad, Esther Monzón, y del director del Servicio Canario de Salud, Adasat Goya. Según el sindicato, estas figuras son responsables de una política que degrada el sistema público de salud. Las acusaciones son contundentes: se señala que el Gobierno ha ralentizado la realización de pruebas diagnósticas y ha retrasado la apertura de nuevos servicios hospitalarios, como el de Urgencias del Hospital de La Candelaria. Esta situación ha llevado a Intersindical Canaria a afirmar que el Ejecutivo ha elegido a gestores incompetentes con el fin de debilitar la sanidad pública y facilitar su traspaso al sector privado.
El sindicato también ha hecho referencia a un estudio de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, que revela que Canarias fue en 2024 la comunidad con mayor número de actividades sanitarias privatizadas a través de conciertos con empresas privadas. Este dato es alarmante, ya que coloca a la comunidad autónoma en una situación comparable a la de Madrid en cuanto al volumen de recursos públicos destinados a la sanidad privada. Mientras tanto, los tiempos de espera para los pacientes en Canarias siguen siendo de los más elevados del país, lo que agrava aún más la situación.
### Demandas de Reorientación en la Política Sanitaria
Ante esta problemática, Intersindical Canaria ha exigido una reorientación de la política sanitaria en la región. El sindicato aboga por una gestión profesionalizada, mayor transparencia y la recuperación de servicios públicos esenciales. En su comunicado, se enfatiza que «Canarias no puede continuar alimentando con fondos públicos a un sistema privado que crece a costa del deterioro del derecho a la salud». Esta afirmación resuena con fuerza en un contexto donde la salud es un derecho fundamental y debe ser garantizado por el Estado.
La situación actual plantea un dilema importante: ¿cómo se puede garantizar un sistema de salud público y eficiente en un entorno donde la privatización parece ser la tendencia? La respuesta a esta pregunta no es sencilla, pero es evidente que se requiere un cambio en la forma en que se gestionan los recursos y se toman las decisiones en el ámbito sanitario.
La crítica a la gestión sanitaria en Canarias no es un fenómeno aislado; refleja una tendencia más amplia que se observa en diversas comunidades autónomas de España. La privatización de la sanidad ha sido un tema recurrente en el debate político y social, y las voces que abogan por la defensa de lo público se están haciendo cada vez más fuertes. En este sentido, es fundamental que los ciudadanos se mantengan informados y participen en el debate sobre el futuro de la sanidad en su comunidad.
La situación de la sanidad pública en Canarias es un reflejo de las tensiones entre lo público y lo privado en el ámbito de la salud. Las acusaciones de Intersindical Canaria son un llamado a la acción para todos aquellos que creen en la importancia de un sistema de salud accesible y de calidad. La defensa de lo público no solo es una cuestión de política, sino también de derechos humanos y justicia social. En un momento en que la salud se ha convertido en un tema central en la vida de todos, es crucial que se escuchen todas las voces y se tomen decisiones que prioricen el bienestar de la población.
La comunidad canaria se enfrenta a un reto significativo en la defensa de su sistema de salud pública. La presión por privatizar servicios esenciales puede tener consecuencias devastadoras para la calidad de la atención médica y el acceso a la salud. Por lo tanto, es imperativo que se tomen medidas para revertir esta tendencia y asegurar que la sanidad pública siga siendo un pilar fundamental de la sociedad canaria.