La noche del 5 de octubre de 2025 se convirtió en un momento memorable para la UD Las Palmas y su afición. En el Estadio de Gran Canaria, el equipo amarillo logró una victoria crucial ante el Cádiz, pero lo que realmente hizo vibrar a los seguidores fue el regreso de Kirian Rodríguez, quien volvió a pisar el césped tras superar su segunda batalla contra el cáncer. Este triunfo no solo se celebró en el marcador, sino también en el corazón de todos los presentes, quienes vieron en Kirian un símbolo de lucha y perseverancia.
La atmósfera en el estadio era electrizante. Desde el primer pitido del árbitro, los aficionados mostraron su apoyo incondicional, pero el primer tiempo dejó mucho que desear. La UD Las Palmas, bajo la dirección de Luis García Fernández, no logró encontrar su ritmo. Con un esquema 4-4-2, el equipo se mostró plano y sin ideas, marchándose al descanso sin haber realizado un solo disparo a puerta. La falta de un delantero centro puro se hizo evidente, y la defensa del Cádiz se mantuvo tranquila ante la ineficacia del ataque local.
### Un Primer Tiempo Sin Peligro
El primer tiempo fue un ejercicio de frustración para los jugadores y la afición. La UD Las Palmas intentó crear oportunidades, pero la falta de conexión entre los jugadores fue palpable. Marvin Park, quien se esperaba que aportara velocidad y profundidad por la banda derecha, fue anulado por la estrategia del Cádiz. La combinación de Iván Gil y Viti Rozada en la banda izquierda no funcionó, ya que ambos jugadores se estorbaban mutuamente, lo que resultó en una falta de creatividad en el ataque.
El Cádiz, por su parte, se mostró sólido en defensa y aprovechó la ineficacia de Las Palmas para controlar el juego. A pesar de algunos intentos aislados de Fuster y Amatucci, el equipo visitante no se vio amenazado en ningún momento. El primer tiempo concluyó con un 0-0 que dejó a todos con la sensación de que algo debía cambiar si se querían conseguir los tres puntos.
### La Revolución en la Segunda Parte
El segundo tiempo trajo consigo un cambio de mentalidad para la UD Las Palmas. Con el mismo once inicial, el equipo salió al campo con más determinación y verticalidad. La entrada de Jonathan Viera y Jeremía Recoba en el minuto 65 fue clave para revitalizar el ataque. Viera, con su experiencia y visión de juego, comenzó a pedir el balón y a crear oportunidades, mientras que Recoba se posicionó como un delantero más, permitiendo que Ale García se moviera a la banda izquierda, donde se sentía más cómodo.
La presión aumentó sobre la defensa del Cádiz, y las ocasiones comenzaron a llegar. Un remate de Recoba casi se convierte en el primer gol, y el guardameta visitante, Víctor Aznar, tuvo que intervenir para evitar que el balón cruzara la línea. La afición comenzaba a creer en la remontada, y el ambiente en el Gran Canaria se tornaba cada vez más esperanzador.
El momento culminante llegó en el minuto 77, cuando Kirian Rodríguez hizo su aparición en el campo. La ovación que recibió fue ensordecedora, y el estadio entero se puso de pie para celebrar su regreso. La energía que aportó fue palpable, y con su presencia, Las Palmas se sintió revitalizada. En el minuto 85, un córner lanzado por Viera fue rematado por Sergio Barcia, quien anotó el gol que desató la locura en el estadio. La victoria por 1-0 no solo significó tres puntos en la tabla, sino que también simbolizó la resiliencia y la esperanza que representa Kirian Rodríguez para el equipo y su afición.
La UD Las Palmas no solo salió reforzada en lo anímico, sino que también se posicionó mejor en la clasificación de LaLiga Hypermotion. Este triunfo, que vale doble, es un recordatorio de que el fútbol va más allá de los resultados; se trata de historias de vida, de superación y de la pasión que une a un equipo con su afición. La vuelta de Kirian Rodríguez es un testimonio de que, a pesar de las adversidades, siempre hay lugar para la esperanza y la alegría en el deporte.