La situación migratoria en España, y particularmente en Canarias, ha cobrado relevancia en los últimos años, con un aumento significativo en el número de inmigrantes que llegan a las islas. En este contexto, Román Rodríguez, secretario nacional de Estrategia, Programa y Formación de Nueva Canarias-Bloque Canarista, ha hecho un llamado urgente para regular los flujos migratorios y combatir las mafias que trafican con personas. Según Rodríguez, la regulación no solo es una cuestión de derechos humanos, sino también de sostenibilidad económica para sectores clave como la hostelería y la agricultura.
La realidad de la inmigración en España es compleja. Actualmente, se estima que hay alrededor de 9 millones de inmigrantes en el país, de los cuales 8,3 millones están regularizados. Estos inmigrantes son esenciales para el funcionamiento de varios sectores económicos, contribuyendo a las pensiones públicas y al crecimiento del mercado laboral. Sin embargo, aproximadamente 700,000 inmigrantes, muchos de ellos latinoamericanos, se encuentran en situación irregular, lo que plantea desafíos tanto para ellos como para la sociedad en general.
### Impacto de la Inmigración en la Economía Canaria
En Canarias, la situación es aún más pronunciada. Según datos del Instituto Canario de Estadística (ISTAC), la población inmigrante supera ya el medio millón, lo que representa un 23% de la población total de las islas. Este porcentaje es superior al promedio nacional, aunque inferior al de otras comunidades autónomas como Baleares o Comunidad Valenciana. La mayoría de los inmigrantes en Canarias provienen de América Latina, con un notable número de venezolanos, cubanos y colombianos. También hay una presencia significativa de europeos, especialmente italianos, y un pequeño porcentaje de africanos y asiáticos.
La contribución de los inmigrantes a la economía canaria es innegable. En el sector de la hostelería, por ejemplo, casi la mitad de los empleos son ocupados por inmigrantes. En el ámbito del servicio doméstico, esta cifra asciende a tres de cada cuatro empleos. Además, los inmigrantes tienen un papel crucial en la agricultura y la construcción, donde su mano de obra es fundamental para el desarrollo de estas industrias.
Sin embargo, a pesar de su contribución, los inmigrantes enfrentan desafíos significativos. Las tasas de desempleo entre la población inmigrante son más altas que las de la población local, y sus salarios suelen ser inferiores. Esto se debe en parte a su nivel educativo, que es generalmente más bajo que el de los autóctonos, especialmente entre aquellos que provienen de países en desarrollo. A pesar de esto, los inmigrantes de la Unión Europea tienden a tener un nivel educativo similar al de la población local, lo que sugiere que la integración puede ser más efectiva en estos casos.
### Propuestas para una Regulación Efectiva
Román Rodríguez ha subrayado la importancia de implementar políticas que no solo regulen la inmigración, sino que también aborden las causas subyacentes que llevan a las personas a abandonar sus países de origen. Esto incluye la promoción de políticas de cooperación internacional que busquen mejorar las condiciones de vida en las regiones de origen de los inmigrantes. La idea es que, al mejorar las condiciones en estos países, se reduzca la necesidad de emigrar, lo que a su vez disminuiría el poder de las mafias que trafican con personas.
Además, el Gobierno estatal ha propuesto una nueva legislación que busca regularizar a los inmigrantes en situación irregular mediante la introducción de cinco nuevas modalidades de arraigo: social, sociolaboral, familiar, socioformativo y de segunda oportunidad. Estas medidas podrían facilitar la integración de los inmigrantes en la sociedad española y permitirles contribuir de manera más efectiva a la economía.
La regulación de la inmigración es un tema que requiere un enfoque multifacético. No se trata solo de controlar los flujos migratorios, sino de garantizar que los derechos humanos de los inmigrantes sean respetados y que se les brinde la oportunidad de integrarse plenamente en la sociedad. Esto no solo beneficiará a los inmigrantes, sino que también fortalecerá la economía y la cohesión social en Canarias y en toda España.
En resumen, la inmigración es un fenómeno que ha llegado para quedarse, y es fundamental que se aborden sus desafíos de manera proactiva. La regulación de los flujos migratorios y la lucha contra las mafias son pasos esenciales para garantizar un futuro más justo y sostenible para todos los involucrados.