La reciente decisión del Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo ha marcado un hito en la historia de la Federación Española de Fútbol (FEF). La justicia ha anulado la inhabilitación de Pedro Rocha, quien fue presidente interino de la FEF tras la polémica salida de Luis Rubiales. Esta resolución no solo pone en entredicho la actuación del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), sino que también abre un nuevo capítulo en la crisis institucional que ha sacudido al fútbol español en los últimos años.
### Contexto de la Inhabilitación
La inhabilitación de Pedro Rocha se remonta a julio de 2024, cuando el TAD decidió suspenderlo por un período de dos años y multarlo con 30.000 euros. Esta sanción se basó en la destitución de Andreu Camps como secretario general de la FEF y en la rescisión de un contrato con un despacho legal. El TAD argumentó que Rocha había sobrepasado sus funciones como presidente de la Comisión Gestora de la FEF al tomar decisiones unilaterales sin consultar a otros miembros del organismo.
El proceso que llevó a esta inhabilitación fue desencadenado por una denuncia de Miguel Ángel Galán, presidente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores (CENAFE). Galán alegó que Rocha había actuado fuera de su autoridad, lo que llevó al Consejo Superior de Deportes a remitir el caso al TAD. La decisión del TAD fue considerada por muchos como un acto de justicia, pero la reciente anulación ha puesto en tela de juicio la validez de este procedimiento.
### La Decisión Judicial
El fallo del juez ha sido contundente. Se ha determinado que la resolución del TAD era «contraria a derecho» y que Rocha no tuvo la oportunidad de presentar sus alegaciones adecuadamente, lo que le creó una situación de indefensión. Esta falta de consideración por parte del TAD ha sido uno de los puntos más criticados en el proceso, ya que se considera fundamental que cualquier sanción permita al afectado defenderse de manera justa.
El juez ha ordenado que el TAD reanude el procedimiento desde el principio, lo que implica que todas las decisiones tomadas hasta ahora quedan anuladas. Esto significa que la continuidad de Rafael Louzán, quien fue elegido presidente tras la inhabilitación de Rocha, podría estar en peligro. Rocha ha expresado su intención de estudiar con sus abogados las acciones a seguir tras esta decisión, afirmando que ha sido víctima de un «linchamiento injusto e improcedente».
La anulación de la inhabilitación no solo afecta a Rocha, sino que también plantea interrogantes sobre la legitimidad de las decisiones tomadas por el TAD y la propia estructura de la FEF. La crisis institucional que comenzó con el escándalo de Rubiales ha dejado una estela de incertidumbre y desconfianza en el organismo, y este nuevo giro judicial no hace más que profundizar en esa crisis.
### Implicaciones para el Futuro de la FEF
La anulación de la inhabilitación de Pedro Rocha podría tener repercusiones significativas en la FEF y en el fútbol español en general. La posibilidad de que Rocha retorne al escenario político de la federación podría cambiar el rumbo de la organización, que ha estado lidiando con una serie de problemas internos y externos desde el escándalo de Rubiales.
La situación actual plantea la necesidad de una revisión profunda de los procedimientos y protocolos dentro de la FEF. La falta de transparencia y la percepción de arbitrariedad en la toma de decisiones han sido críticas recurrentes en el ámbito del fútbol español. La justicia ha dado un paso importante al anular la inhabilitación de Rocha, pero esto también debe ser un llamado a la reflexión sobre cómo se gestionan los conflictos y las sanciones dentro de la federación.
Además, la decisión judicial podría influir en la percepción pública del fútbol en España. La confianza en las instituciones deportivas es crucial para el desarrollo y la promoción del deporte, y cualquier indicio de irregularidad o falta de justicia puede erosionar esa confianza. La FEF se enfrenta ahora al desafío de restaurar su imagen y asegurar que sus procesos sean justos y transparentes.
En resumen, la anulación de la inhabilitación de Pedro Rocha no solo es un triunfo personal para él, sino que también representa un momento crítico para la FEF y el futuro del fútbol español. La justicia ha hablado, y ahora es el turno de la federación de responder a este veredicto y trabajar hacia una gobernanza más sólida y transparente.