El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha declarado su intención de establecer un «estado de conmoción exterior» en todo el país, en respuesta a lo que él describe como «agresiones y amenazas» provenientes de Estados Unidos. Esta medida se produce en un contexto de creciente tensión entre ambos países, especialmente tras el despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, que ha resultado en la destrucción de varias embarcaciones vinculadas al narcotráfico y la muerte de al menos 14 personas.
Durante una reunión de alto nivel político, Maduro subrayó que el objetivo de esta drástica decisión es garantizar que todos los ciudadanos venezolanos cuenten con el respaldo y la protección del Estado ante posibles ataques. «Venezuela saldrá adelante otra vez», afirmó el mandatario, quien se mostró firme en su postura de defensa ante lo que considera una amenaza inminente.
La declaración de Maduro parece ser una respuesta directa a los comentarios del expresidente Donald Trump, quien, durante su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, mencionó el uso de la fuerza militar estadounidense para combatir el narcotráfico en Venezuela. Trump afirmó que su administración había comenzado a utilizar el «poder supremo» de las Fuerzas Armadas de EE.UU. para desmantelar las redes de narcotráfico que, según él, son lideradas por Maduro. Estas declaraciones han intensificado las tensiones entre ambos países y han llevado a Maduro a tomar medidas extraordinarias para proteger la soberanía venezolana.
En este contexto, los presidentes de Brasil y Colombia, Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro, respectivamente, también han expresado su preocupación por la política de la Casa Blanca hacia Caracas. Ambos líderes han criticado abiertamente las acciones de EE.UU. en la región, sugiriendo que podrían desestabilizar aún más la situación en América Latina.
La Constitución venezolana permite la declaración de un estado de conmoción en situaciones de conflicto interno o externo que amenacen la seguridad de la nación. Maduro ha indicado que esta medida busca blindar constitucionalmente las acciones del Estado en defensa de la paz y la integridad territorial. Además, ha mencionado que su gobierno está preparando otros decretos que podrían ser anunciados en el futuro cercano.
La reunión en la que se discutió esta medida fue transmitida por la televisión estatal y se llevó a cabo tras una marcha en Caracas, donde participaron tanto militares como milicianos. Maduro advirtió que cualquier agresión a Venezuela podría desencadenar una «guerra catastrófica» en el Caribe y Sudamérica, y enfatizó que la opinión pública mundial es consciente de esta realidad.
La situación en Venezuela ha sido tensa durante años, marcada por crisis políticas, económicas y sociales. La administración de Maduro ha enfrentado numerosas críticas tanto a nivel nacional como internacional, y su gobierno ha sido objeto de sanciones por parte de Estados Unidos y otros países. La reciente escalada de tensiones podría tener repercusiones significativas no solo para Venezuela, sino también para la estabilidad de la región en su conjunto.
La comunidad internacional observa con atención los acontecimientos en Venezuela, ya que el país ha sido un punto focal de la política exterior estadounidense en América Latina. Las acciones de Maduro y la respuesta de EE.UU. podrían influir en las dinámicas políticas de otros países de la región, así como en las relaciones entre América Latina y el resto del mundo.
A medida que la situación se desarrolla, es probable que se produzcan más reacciones tanto dentro como fuera de Venezuela. La declaración de un estado de conmoción exterior podría llevar a un aumento de la militarización en el país y a una mayor represión de la oposición política, lo que podría agravar aún más la crisis humanitaria que enfrenta la nación. Las organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el impacto que estas medidas podrían tener en la población civil, que ya sufre las consecuencias de la crisis económica y la falta de acceso a servicios básicos.
En resumen, la decisión de Maduro de declarar un estado de conmoción exterior refleja la gravedad de la situación en Venezuela y la creciente tensión con Estados Unidos. A medida que ambos países continúan en un camino de confrontación, el futuro de Venezuela y su pueblo se presenta incierto, con implicaciones que podrían extenderse más allá de sus fronteras.