El fenómeno migratorio ha vuelto a ser el centro de atención en Canarias, especialmente tras las recientes declaraciones de los presidentes de los Cabildos de Lanzarote y Fuerteventura. Durante el foro ‘Islas con futuro’, ambos líderes expresaron su preocupación por la falta de infraestructuras y la inadecuada respuesta del Estado ante la crisis migratoria que enfrenta el archipiélago. La situación se ha vuelto insostenible, y las voces de los responsables políticos resuenan con un mensaje claro: es necesario actuar con urgencia.
La presidenta del Cabildo de Fuerteventura, Lola García, enfatizó que la llegada de migrantes no puede ser tratada como un simple número. «Son hombres, mujeres y niños, no son cifras», afirmó, subrayando la necesidad de un enfoque humanitario en la gestión de esta crisis. La falta de coordinación con el Gobierno central ha dejado a las islas en una situación precaria, donde la llegada de mil personas puede ocurrir sin previo aviso, dejando a las autoridades locales sin recursos ni planificación adecuada para atender a quienes llegan.
### La Realidad de la Acogida en Canarias
La situación en Lanzarote es igualmente alarmante. Oswaldo Betancort, presidente del Cabildo, recordó que en 2024 se tuvo que declarar un decreto de emergencia social debido al colapso en la isla. «Montamos carpas sin condiciones, pedimos el cuartel militar que sigue vacío y la respuesta fue no», lamentó, haciendo hincapié en que no se puede jugar con un drama humanitario por intereses políticos. La falta de infraestructuras adecuadas para la acogida de migrantes ha llevado a situaciones de hacinamiento y desatención, lo que agrava aún más la crisis.
La llegada de migrantes a Canarias ha aumentado significativamente en los últimos años, lo que ha puesto a prueba la capacidad de las islas para gestionar esta situación. Las autoridades locales han solicitado repetidamente más recursos y apoyo del Gobierno central, pero la respuesta ha sido insuficiente. La falta de coordinación y planificación ha llevado a un escenario donde las islas se sienten abandonadas, enfrentando un problema que requiere atención inmediata y efectiva.
### La Necesidad de Recursos y Planificación
La presidenta del Cabildo de Fuerteventura, Lola García, insistió en que la realidad migratoria exige recursos y planificación. «Necesitan servicios y atención, y el Estado no está respondiendo como debería», afirmó. Esta falta de respuesta ha llevado a una creciente frustración entre los líderes locales, quienes sienten que están lidiando con una crisis sin el apoyo necesario.
La situación se complica aún más con el aumento de las temperaturas en la región, lo que ha llevado al Gobierno a declarar una prealerta por calor en Canarias. Este tipo de condiciones climáticas extremas solo agravan la situación de los migrantes, quienes a menudo llegan en condiciones precarias y vulnerables. La combinación de la crisis migratoria y el cambio climático presenta un desafío multifacético que requiere una respuesta integral y coordinada.
Los líderes locales han hecho un llamado a la solidaridad y a la acción conjunta, instando al Gobierno central a tomar medidas inmediatas para abordar la crisis. La falta de recursos y la inadecuada infraestructura no solo afectan a los migrantes, sino que también impactan a las comunidades locales que deben hacer frente a esta situación. La gestión del fenómeno migratorio no puede ser vista como un problema aislado, sino como un desafío que requiere la colaboración de todos los niveles de gobierno y la sociedad civil.
En este contexto, es fundamental que se establezcan mecanismos de cooperación entre las autoridades locales y el Gobierno central. La creación de un plan de acción que contemple la atención integral a los migrantes, así como la mejora de las infraestructuras necesarias para su acogida, es esencial para garantizar un trato digno y humano a quienes llegan a las islas en busca de una vida mejor.
La crisis migratoria en Canarias no es solo un problema local, sino un desafío que requiere una respuesta global. La comunidad internacional debe involucrarse en la búsqueda de soluciones sostenibles que aborden las causas subyacentes de la migración, así como en la creación de un marco que garantice la protección de los derechos humanos de los migrantes. La situación actual es un recordatorio de que la solidaridad y la cooperación son fundamentales para enfrentar los desafíos que presenta la migración en el siglo XXI.