La situación actual de las redes eléctricas en España es alarmante. Las principales compañías eléctricas han confirmado que el 83,4% de sus puntos de conexión están saturados, lo que ha llevado a rechazar numerosas solicitudes de conexión para nuevos proyectos energéticos, industriales y digitales. Esta crisis no solo afecta a las empresas que buscan establecerse en el país, sino que también pone en riesgo la transición energética que España se ha comprometido a llevar a cabo.
Las grandes eléctricas, como Endesa, Iberdrola, EDP y Naturgy, controlan el 90% de las redes de distribución en el país. La saturación de las infraestructuras se ha convertido en un obstáculo significativo para el desarrollo de nuevos proyectos, especialmente en un momento en que la demanda de energía está en aumento debido a la electrificación de la economía y la necesidad de integrar energías renovables.
### La Saturación de las Redes y sus Consecuencias
La saturación de las redes eléctricas no es un problema nuevo, pero la reciente publicación de mapas de capacidad por parte de las eléctricas, a instancias de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC), ha puesto de manifiesto la gravedad de la situación. Estos mapas revelan que la mayoría de los nudos de conexión están al límite de su capacidad, lo que significa que no pueden aceptar más solicitudes de conexión. Esto es especialmente preocupante para sectores que requieren un alto consumo energético, como la industria y los centros de datos, que son esenciales para el crecimiento económico y la innovación.
Las empresas eléctricas han advertido que es “imprescindible” reforzar y digitalizar la red de distribución para poder atender la creciente demanda. Sin embargo, la falta de capacidad para conectar nuevos clientes está llevando a un estancamiento en el desarrollo de proyectos que podrían contribuir significativamente a la economía del país. La situación se complica aún más por la incertidumbre en torno a las inversiones necesarias para modernizar las infraestructuras, ya que las tarifas que se están proponiendo para la retribución de las redes eléctricas son insuficientes para garantizar las inversiones necesarias.
### Conflicto con la CNMC y el Futuro de las Inversiones
El conflicto entre las grandes eléctricas y la CNMC se ha intensificado en los últimos meses. La CNMC ha propuesto cambios regulatorios que determinarán las tarifas que las compañías eléctricas podrán cobrar por el uso de sus redes en los próximos años. Esta propuesta incluye una tasa de retribución del 6,46% para el periodo 2026-2031, un incremento respecto al 5,58% actual, pero que se queda muy por debajo de las expectativas de las empresas, que habían solicitado un aumento hasta el 7,5%.
La falta de acuerdo sobre las tarifas de retribución está generando preocupación en el sector, ya que las compañías eléctricas dependen de estos ingresos para financiar las inversiones necesarias en sus infraestructuras. La CNMC también está revisando la metodología para calcular la retribución del negocio de las redes de distribución, lo que podría traer cambios significativos en el modelo actual. La incertidumbre sobre estas tarifas y la falta de capacidad en las redes están poniendo en riesgo la transición energética de España, que requiere una modernización urgente de las infraestructuras eléctricas.
Las grandes eléctricas han expresado su preocupación por el impacto que esta situación puede tener en la electrificación del consumo y en la integración de energías renovables. La expansión y modernización de las redes eléctricas son fundamentales para poder conectar nuevos proyectos de energías renovables y para facilitar la electrificación de sectores clave de la economía. Sin inversiones adecuadas, España corre el riesgo de perder oportunidades de desarrollo y de no cumplir con sus objetivos climáticos.
La situación actual de las redes eléctricas en España es un claro reflejo de la necesidad de un enfoque más proactivo en la planificación y gestión de las infraestructuras energéticas. La saturación de las redes no solo representa un desafío para las empresas eléctricas, sino que también es un obstáculo para el crecimiento económico y la sostenibilidad del país. Es crucial que se tomen medidas inmediatas para abordar esta crisis y garantizar que España pueda avanzar hacia un futuro energético más sostenible y resiliente.