La falla de San Andrés, una de las más conocidas y estudiadas del mundo, ha sido objeto de atención renovada tras el reciente terremoto de magnitud 7.7 que sacudió Myanmar en marzo de 2025. Este evento sísmico ha proporcionado a los científicos un laboratorio natural para reevaluar nuestras percepciones sobre el comportamiento de las fallas tectónicas, especialmente aquellas que son largas y rectas, como la de San Andrés en California. Investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech) han utilizado imágenes satelitales, datos de campo y modelos numéricos para reconstruir la secuencia del terremoto, revelando características inesperadas que desafían los supuestos clásicos sobre la segmentación y la recurrencia sísmica.
### Comprendiendo las Fallas Tectónicas
Las fallas tectónicas son fracturas en la corteza terrestre donde se producen movimientos entre bloques de roca. Estos movimientos pueden ser lentos y continuos o súbitos y violentos, generando terremotos. La falla de San Andrés, que se extiende por aproximadamente 1,200 kilómetros, es la más larga de California y ha sido responsable de algunos de los terremotos más devastadores en la historia de Estados Unidos. Uno de los más notables ocurrió en 1906, cuando una ruptura en la sección norte de la falla provocó un terremoto de magnitud 7.9, resultando en la muerte de más de 3,000 personas.
Los geólogos han advertido durante mucho tiempo que la falla de San Andrés está destinada a producir otro terremoto significativo en el futuro. De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos, existe un 60% de probabilidad de que el área más cercana a Los Ángeles experimente un terremoto de magnitud 6.7 o superior en los próximos 30 años. Esta estadística resalta la urgencia de comprender mejor el comportamiento de la falla y sus implicaciones para las comunidades cercanas.
### Nuevas Revelaciones del Terremoto de Myanmar
El terremoto de Myanmar ha revelado que las fallas de deslizamiento no necesariamente repiten el comportamiento anterior. Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences es que la ruptura en la falla Sagaing, que causó el terremoto, avanzó a velocidades extremas. En ciertas áreas, la velocidad de la ruptura se acercó o incluso superó la velocidad de las ondas sísmicas, un fenómeno poco documentado en rupturas de tal longitud. Esto sugiere que la liberación de energía se concentró de manera diferente a lo que los modelos teóricos habían anticipado.
Las observaciones satelitales permitieron medir desplazamientos superficiales de varios metros en la margen oriental de la falla, y se detectó que la ruptura se extendió mucho más allá de lo que se había anticipado basándose en registros históricos. En algunos tramos, el deslizamiento superó las expectativas por cientos de kilómetros, lo que indica que la segmentación aparente de la falla no fue un límite infranqueable para la propagación del terremoto.
Los investigadores advierten que asumir que los futuros terremotos replicarán exactamente las rupturas pasadas es un enfoque arriesgado. Las simulaciones muestran que una misma falla puede generar eventos muy distintos en longitud, velocidad y magnitud a lo largo de los siglos. Esto implica que la historia escrita en registros centenarios puede subestimar el repertorio real de rupturas posibles.
### Implicaciones para la Falla de San Andrés
Dado el tamaño y la actividad de la falla de San Andrés, los nuevos hallazgos sobre la falla Sagaing sugieren que podría desencadenar un terremoto de características nunca antes vistas en la historia del planeta. Las áreas más vulnerables incluyen regiones densamente pobladas de California, donde millones de personas podrían verse afectadas directamente.
Los investigadores no buscan predecir un “gran evento” específico en la falla de San Andrés, pero enfatizan que los modelos de riesgo deben ampliarse para incluir rupturas no convencionales, que podrían ser más largas, más rápidas o combinadas de lo que se había considerado previamente. Esto es crucial para la planificación de la mitigación de riesgos, los códigos de construcción y los escenarios de respuesta ante emergencias.
El terremoto de Myanmar ha obligado a los especialistas a reajustar sus expectativas sobre la naturaleza de las rupturas sísmicas. La integración de datos satelitales con modelos físicos ofrece una herramienta poderosa para capturar la complejidad de estos eventos y mejorar la preparación ante futuros desastres sísmicos. La naturaleza de las fallas y su comportamiento es más variable de lo que los registros históricos han mostrado, lo que subraya la importancia de seguir investigando y adaptando nuestras estrategias de respuesta ante terremotos.